La revista "PLoS ONE" publicó un artículo el 3 de
octubre del 2012 donde revela el beneficio de la suplementación con ácidos
grasos omega-3 para la memoria de hombres y mujeres jóvenes adultos.
Investigadores de la "Universidad de Pittsburgh" (EE.UU.)
dirigido por Rajesh Narendran del "Departamento de Radiología"
probaron los efectos de un suplemento que proporciona 930 miligramos de ácido
eicosapentaenoico (EPA) y 750 mg de ácido docosahexaenoico (DHA) en 11 hombres
y mujeres entre las edades de 18 y 25 años. Evaluaron la memoria bajo trabajo
(a través de una "prueba n-back") , una tomografía por emisión de
positrones (TEP) del cerebro y pruebas para los niveles de ácidos grasos omega-3 en sangre antes y después del período de tratamiento de seis
meses.
Los participantes experimentaron un aumento en niveles de
plasma de ácidos grasos omega-3 y una mejora en la memoria para el trabajo al
final de seis meses. "Lo que es particularmente interesante sobre el pre-suplementación
prueba n-back fue que se correlaciona positivamente con el aumento de plasma de ácidos
grasos omega-3", observó Bita Moghaddam, cuyo laboratorio realizó la
investigación. "Esto significa que los omega-3 que estaban recibiendo de
su dieta señala una correlación positiva con la memoria en el trabajo."
"Antes de ver estos datos, le habría dicho que era
imposible mover los individuos jóvenes y sanos por encima de su mejor
cognitiva", ha remarcado. "Encontramos que los miembros de esta
población pueden mejorar su rendimiento de la memoria aún más."
Aunque los investigadores habían sugerido que los aumentos
en el almacenamiento de dopamina y de una proteína implicada en la toma de
decisiones en una zona particular del cerebro como mecanismos de apoyo de los
efectos de ácidos grasos omega-3 en la función cognitiva, los resultados del
análisis de PET no apoyaron la hipótesis. "Es muy interesante que las
dietas enriquecidas con ácidos grasos omega-3 pueden mejorar la cognición en las
personas jóvenes altamente funcionales", comentó el Dr. Narendran.
"Sin embargo, fue un poco decepcionante que nuestros estudios de imagen no
fueron capaces de aclarar exactamente los mecanismos por los cuales mejoran la
memoria."
"Muchos de los estudios anteriores se han hecho con personas de edad mediana y ancianos, dejando esta singular población de adultos jóvenes sin
resolverse", señaló el coautor Matthew F. Muldoon. "Pero ¿qué pasa
con nuestros periodos de mayor funcionamiento? ¿Podemos ayudar al cerebro a alcanzar
su máximo potencial mediante la adaptación de nuestros comportamientos
saludables en nuestra vida adulta? Descubrimos que absolutamente se
puede."
Fuente:
Revista "PLos One" 2012; 7 (10): e46832
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